Para los griegos, todo lo bello, armonioso, proporcionado y estético era bueno y por ende de origen divino, así que a nadie puede extrañarle que atribuyeran a sus Dioses el regalo de los perfumes y los ungüentos... La rosa, antes blanca y sin olor, adquirió su color rojo el día que Venus se clavó una espina y derramó su sangre sobre ella. Y se volvió fragante al recibir un beso de Cupido. En otra ocasión en la que Venus huía de unos malvados sátiros, se escondió detrás de unas matas de mirto y en agradecimiento por no haber sido vista, le dio a los mirtos su fragancia tan característica.

Definimos aromaterapia como “el arte de utilizar los aceites esenciales para recuperar la salud, la belleza y el bienestar”. La aromaterapia es tan antigua como la humanidad, y es un ejemplo claro de interacción pacífica entre el ser humano y la naturaleza.

La cosmética natural ha ganado terreno durante los últimos años, y  aunque México se encontraba un poco rezagado con respecto a los países europeos y orientales, a últimas fechas ha tenido un crecimiento considerable. Es por eso que actualmente la aromaterapia es tan común, ¿quien no tiene en casa al menos una vela aromática o un aceite para relajarse y olvidarse por un rato de el estrés cotidiano? Sin embargo, poco sabemos de la obtención de las esencias, y mucho menos de los efectos radicales que las esencias 100% puras tienen a nivel físico, mental y espiritual.